octubre 29, 2006

Enigmático, mágico e impactante: Palenque

Como si naciera de entre las plantas, Palenque vive en la Selva Lacandona, como un gigante que siempre vigila a los estados de Chiapas y Tabasco y al sureste mexicano. Su impresionante arquitectura se asoma por las copas de los árboles hacia un valle pintado de más tonos de verde de los que se pueden imaginar.

Mientras se anda el recorrido, la humedad amenaza con sofocarte y las gotas de sudor se convierten en ríos, en mares y de entre la densa selva da la impresión de ser espiado, se eriza la piel de escuchar tantos sonidos desconocidos para nosotros que vivimos también en una selva pero de concreto, sustituyendo los sonidos de claxon por los cantos de las aves que entonan un himno que no tiene fin.

Palenque es un testigo viviente de la grandeza de un imperio que fue majestuoso, próspero y mágico y que un día, después de dos mil años, simplemente desapareció, como sus ruinas desaparecen entre la selva.

Desde el interior de “El Palacio” resulta sencillo imaginar aquella urbe llena de gente ocupada en sus labores religiosas, guerreras, sociales y comerciales durante los siete siglos en que fue habitada por los mayas.

Resulta increíble entrar en este sitio, retroceder en el tiempo, darse cuenta de la claridad con que sus habitantes entendían el mundo y sus alrededores, tratar de comprender un poco de la historia de estas tierras, aprender de sus avances, su tecnología, su estética, su ciencia y sobre todo del misterio que rodea a este pueblo que comparte su anécdota con nosotros a través de estos vestigios que sin duda son un mensaje que debemos descifrar.

El trono de Palenque fue ocupado por veinte monarcas, hombres y mujeres, de los cuales el más importante fue Pakal a quien le debemos el “Templo de las Inscripciones” que a su vez funcionó como su tumba. Durante su reinado la ciudad vivió su época más importante. También, aquí se derramó sangre en varias guerras con las ciudades vecinas, Calakmul, Pomoná y Bonampak entre otras.

En 1773 un grupo de conquistadores españoles encontraron la ciudad en ruinas después de ochocientos años de abandono pero no fue hasta 1840 que dos expedicionarios, Stephens y Catherwood informaron al mundo sobre el descubrimiento de las ruinas de una gran ciudad prehispánica, captando la atención del mundo hacia este enigmático lugar.

Las labores de excavación han sido de primera, la parte abierta al público está en perfecto estado y las partes que aún están bajo la maleza siguen bajo constantes trabajos por parte de los arqueólogos de México y el mundo.

Si quieres visitar esta zona arqueológica hay dos opciones; por la carretera de Villahermosa a Escárcega encontrarás la desviación a la derecha hacia el pueblo de Palenque, 30km después del mismo está la entrada hacia las ruinas, ó también puedes tomar un vuelo de Tuxtla Gutiérrez hacia el rudimentario aeropuerto de Palenque.

Este lugar es una prueba más de la riqueza de nuestro país, conocerlo es una experiencia maravillosa.

1 comentario:

Linda dijo...

Yo fui a Palenque hace ya unos anios y sigue pareciendome un lugar maravilloso. Apenas les mostre unas fotos a mis companieros de oficina y no podian creer que lugares como ese existieran. Muy chido tu post.
XoXo
Linda.