Que sociedad de hueva!

Es increible el valemadrismo de la gente, la falta de participación y la pedantez que reina en las calles, acabo de regresar de dar una vuelta por la ciudad (puras cosas de la chamba), de Narvarte a San Angel, de regreso a Narvarte donde fui a HSBC, a Bancomer y a comprar algo para comer, todo dentro de un radio de 20 cuadras.

Nada más así un cálculo mental vi mas de cien huevones estacionados en doble fila, claro uno estaba re-encabronado porque se lo queria llevar la grua, increible. Aunque no me lo crean vi a uno estacionado en el carril de alta de Diagonal San Antonio, ahi, esta permitido estacionarse sobre el camellón, bueno pues este malnacido estaba en doble fila sobre el camellón y se enoja por que le tocan el claxon, luego la típica ñora enfundada en sus enaguas floreadas, no mamen parece que se quedó en la peor moda de hace 30 años. Bueno se para a esperar el micro pasando la esquina a ella le vale madres causar un accidente, claro tambien el imbecil microbusero que se para, pero que chingados le cuesta a la ruca de las enaguas caminar 10 metros, a lo mejor el fondo no le permite mover las nalgotas o no se que pedo le pasa por la cabeza, pero ella no va a caminar un paso más del necesario, a menos de que se trate de ir a conseguir una memela, tons si agüevo que camina la fodonga.

Un poco más adelante, no si era el mismo microbusero u otro de los miles que circulan esta ciudad causando verdadero terror a todos los que tratamos de usar las calles, se para en triple fila para bajar a un viejito que por supuesto se baja sin chistar arriesgando la vida y arriesgando a los que por ahi pasamos, que si lo atropellas te lo cobran a precio de oro. Todo este osado movimiento es para evitar que el otro micro que viene detrás le gane el pasaje al chofer que como se imaginarán trae la unidad en las mejores condiciones, con el bote de gasolina ocupando un asiento en vez de arreglarle el medidor de la gasolina, todos los tubos oxidados y rotos nomás para ver quien pesca un tetanos en el camino a la chamba. La tapicería de los asientos parece que la usaron para limpiar un perol de carnitas, da asco posar el culo ahi, juro que prefiero irme parado. Y que me dicen del botón para anunciar la parada, no te pases de lanza lo aprietas y te da toques la chingadera, ¿qué no son para ponerle cinta de aislar al cablecito? Pero eso si, los letreritos cortesía de alguna estación de radio cumbianchera o de el taller mecánico de prestigio -La bajada es por atrás, no insista- chinga tu madre, les faltó ponerle que es también en la esquina que tu quieres y sobre la banqueta no donde se le ocurre al pinche camionero. -No escupa en el piso, no sea cochino- se lee en otro, ya el pinche micro está tan marrano que creo que sería mejor que la gente escupiera a ver si se le quitan un par de manchas. Y ya cuando se empieza a aperrar el micro -recorranse hacia atrás en dos filas- empieza a gritar como enloquecido el finisimo operador y se encabrona el pendejo porque no se hace uno para atrás pero el espacio que hay entre los dos asientos es como de 40 centímetros, ahi no caben mis nalgas y las de otra persona, a pos si le dices que no cabes te mienta la madre.

Jeje, una vez que descargué mi ira contra los micros, llego a la oficina, mi lugar esta ocupado, pos a buscar en la calle... Es increible la cantidad de mamadas que ponen para apartar lugar, desde el típico conito naranja, pasando por cubetas, sillas, barillas coladas en cemento, güacales, cajas, troncos, botes de agua, vallas de madera, llantas viejas, anuncios de changarros y hasta unos más creativos que cuelan a media pinche calle una montañita de cemento para que de plano ni ellos puedan usar el lugar, entre los idiotas que creen que la banqueta de su casa es de su propiedad hasta los viene vienes que se creen dueños, amos y señores de la calle nomás porque se compraron un trapito rojo de cinco pesos en el mercado, es verdaderamente una odisea encontrar donde estacionar el coche.

Para acabarla de chingar afuera de la oficina un gordito con su perro cagando en la banqueta, sin la menor intención de recojer el asqueroso regalito de su mascota, se dió cuenta de que lo veiamos con cara de -no seas marrano y recogela- nomás se volteó y se hizo pendejo, ahora que vea donde vive el cabrón juro que me voy a ir a cagar en su banqueta a ver que cara pone el mamón.

Y luego se sorprenden de que este país no avance, nos quejamos de que el gobierno no hace nada (cosa que es cierta) pero nostros me cae que no ayudamos, ni tantitas ganas tenemos de hacerlo.

Y eso que nomás sali una hora y media.