mayo 18, 2009

No te salves

Un día un buen amigo al cuál tengo que decir que extraño a pesar de que siempre está cerca, me enseño lo increible de las palabras de Mario Benedetti, ayer a los 88 años el poeta uruguayo murió, quisiera aprovechar el espacio para recordar este poema. Descansa en Paz!

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

3 comentarios:

Adrian Magaña dijo...

Celebro el poema y comparto la pena amigo

Unknown dijo...

Trágica pena para el mundo de habla hispana y para la literatura universal. ;'-((

Aquí les comparto otro poema de este grande entre grandes "Chau Número Tres"

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

Redwine dijo...

Has notado el ritmo maravilloso de sus poemas...
Durante mi adolescencia no sólo amé a Benedetti, lo aluciné. Ahora lo recuerdo con cariño, con dolor, con alegría, con esperanza.
Luz y dicha en su camino a la divinidad.
Un abrazo